Demon Slayer es uno de los anime más populares de la actualidad y estamos hablando también de un fenómeno cultural. Cuando se le compara con otras franquicias del medio como Dragon Ball, Naruto, One Piece y muchas otras, el éxito de Demon Slayer parece casi de la noche a la mañana, estableciéndose como un titán de la industria en el proceso.
(Puedes ver nuestra otra entrada al blog: Razones por las cuales One Piece funciona a pesar de ser tan largo)
La historia de Tanjiro Kamado y su búsqueda por convertir a su hermana demonio Nezuko en humana se ha convertido en una de las más conocidas en el medio en los últimos años, pero es interesante analizar los motivos por los cuales tal ha sido el caso. De acuerdo a reportes hechos en 2021, estamos hablando de la novena serie de manga más vendida de todos los tiempos, lo que es asombroso cuando consideras que comenzó en el 2016.
Aquí vamos a explorar algunos de los elementos que han hecho tanto al manga como al anime de Demon Slayer una de las mayores historias de éxito en la industria de los últimos tiempos.
La simpleza.
Uno de los comentarios más comunes que se mencionan a la hora de escribir una historia es que debes ser creativo y original. Que debes hacer algo que sobresalga y que no se haya visto antes. Y si bien es cierto que tener una historia así puede ayudar bastante, realmente hay que destacar que hay muchas maneras de entretener a los lectores y la autora de Demon Slayer, Koyoharu Gotouge, ha demostrado esto con su obra.
La historia de Demon Slayer es poderosamente simple: es un muchacho que quiere proteger y salvar a su hermana mientras pelea con demonios junto a sus aliados. Eso es todo. Obviamente hay muchas otras motivaciones en el elenco, pero eso es la base de la trama y es ejecutada al máximo de su capacidad.
Esto es fascinante porque demuestra que un concepto tan simple y que se ha usado tantas veces en el pasado (cazador de demonios) puede mantenerse viable en el 2022 si se ejecuta de la mejor manera posible. Esto es un factor a tomar en consideración porque significa que no siempre se trata de originalidad, sino de ejecución.
Los personajes.
Tal vez la mayor debilidad de Demon Slayer como historia es que su mundo es un poco básico. No hay mucho que difiera de otras interpretaciones de Japón en esos tiempos, pero lo que hace que irradie vida son sus protagonistas y el resto del elenco. Ahí es cuando esta serie brilla de una manera increíble.
Los personajes de Demon Slayer son su mayor fortaleza, principalmente debido al hecho de que tienen motivaciones muy marcadas y sus maneras de ser son muy reales e independientes de cada uno. Tanjiro es cálido y empático, Zenitsu tiene muchos problemas de seguridad y de miedo, Inosuke es volcánico y alocado… estos son los tres personajes principales y podemos ver que tienen personalidades muy marcadas y que contrastan bastante entre ellos.
Esto es profundizado con los Hashira. Desde sus diseños hasta sus personalidades podemos notar una creatividad y contraste bastante fascinantes, lo que hace que sus interacciones entre ellos sean mucho más interesantes y fluyan con mucha naturalidad.
La importancia y efectividad de los personajes se refleja mucho en el caso de Rengoku. Si bien es cierto que es un personaje que no tuvo tanto tiempo dentro de la historia, en el arco del Tren del Infinito se le vio en su apogeo y su resolución final ha tenido un impacto casi legendario en el público. Eso es la fortaleza del personaje en su máxima expresión.
Ninguna historia puede triunfar sin buenos personajes y Demon Slayer tiene eso en abundancia.
El arte y lo visual.
Demon Slayer tal vez no tenga el arte de alto nivel de Berserk, Bleach o JoJo’s Bizarre Adventure (todas influencias de Gotouge para su obra seminal), pero sus diseños tienen un nivel de encanto que lo hace quedarse en la mente de las personas.
(Puedes ver nuestras otras entrada al blog:
-Debajo de la armadura: las influencias del autor de Berserk, Kentaro Miura
-"Jean Pierre Polnareff, el personaje forjado por la tragedia")
Yo recuerdo la primera vez que vi los diseños de Tanjiro o Rengoku antes de ver el anime y de una vez se quedaron en mi cabeza y nunca los pude olvidar; esto se debe a un muy buen entendimiento de la teoría de colores, de lo que se busca transmitir con los personajes y muchos otros elementos a transmitir en consideración.
Rengoku transmite la energía y optimismo que luego expresa a través de su personalidad; Giyuu Tomioka se ve tan calmado y frío como su personalidad, y así tenemos muchos otros ejemplos a través de Demon Slayer. Este entendimiento de lo que desean transmitir deriva en imágenes mucho más memorables e impactantes.
El manga y el anime son medios visuales, por lo que tener personajes e imágenes que dejen un impacto memorable en las personas es esencial.
Las peleas son geniales.
Esto es particularmente cierto en el caso del anime puesto que el estudio que está a cargo han hecho una labor fenomenal en adaptar los combates de una manera que eleva las secuencias incluso más que el manga. Este nivel de animación ayuda a que Demon Slayer sea el fenómeno cultural que vemos hoy en día.
Las peleas son vibrantes, violentas y con mucho poder visual. Debido a la animación, a la coreografía y al contexto que se va desarrollando a medida que pasa el arco, las escenas de combate terminan siendo una épica de proporciones increíbles y eso es algo que es muy difícil de superar.
No todos los anime tienen escenas de pelea memorables; eso es un arte casi independiente del resto de la historia. Pero lo brillante de Demon Slayer es que saben compaginar los elementos visuales y vistosos con el trasfondo emocional que ayuda a que uno, como la audiencia, se sienta mucho más interesado en todo lo que está sucediendo.
Demon Slayer es una de las mayores historias de éxito en la industria del entretenimiento en tiempos recientes y no podemos esperar a ver los arcos finales siendo adaptados en los próximos años.